Recientemente he pasado un fin de semana en San Sebastián con unos amigos y la verdad es que la experiencia no pudo ser mejor. Primero de todo, porque a pesar de lo que suelen decir del tiempo, nosotros tuvimos mucha suerte y nos hizo buenísimo todo el fin de semana así que pudimos disfrutar al máximo de la ciudad y de su famosa playa de la Concha.
Lo primero que hicimos nada más llegar el viernes por la tarde fue dejar nuestras maletas en el apartamento que habíamos alquilado y salir a dar una vuelta por la ciudad. Era prácticamente la hora de cenar así que decidimos probar los famosos pintxos de la parte vieja donostiarra que tanta fama tienen. Tengo que decir que dicha fama la tienen bien merecida. Nos pusimos ciegos a probar diferentes pintxos en varios de los bares que había por la zona y la mayoría de ellos nos gustaron bastante, si bien es cierto que no salió barato, la experiencia mereció la pena. El sitio que más nos llamó la atención fue el Zeruko y su espectacular barra repleta de tapas. Si vais por allí no dejéis de visitarlo ya que a buen seguro acabaréis picando algo. Yo me pedí la famosa Rosa de bogavante, y ya sólo el cómo te lo presentan te deja sorprendido.
Luego, por la noche, estábamos bastante cansados así que apenas salimos de fiesta. Tomamos algo en una terraza de la plaza de la Constitución y para casa.
Al día siguiente decidimos subir andando al Monte Urgull. Nos lo habían recomendado y lo cierto es que nos gustó mucho. Hay que hacer un pequeño esfuerzo para subir hasta lo más alto del monte donde se encuentra el Sagrado Corazón pero merece la pena. Desde arriba puedes sacar unas fotos muy bonitas de toda la ciudad y su bahía de la Concha.
Luego bajamos a la playa a darnos un baño y tengo que decir que el agua estaba bastante fría! Aún así pasamos un buen rato.
Por la tarde, y después de una buena siesta, dimos una vuelta por la zona del Boulevard y visitamos el Aquarium de la ciudad. A última hora, cenamos unos bocadillos en uno de los bares que había por la zona. Tienes muchos donde elegir así que el comer y cenar no será problema en esta ciudad. Después de cenar empezamos con las copas... y hasta que el cuerpo aguantó nos dieron las tantas.
Al día siguiente, el domingo, a pesar de no haber dormido mucho, dimos una vuelta por el barrio de Gros y la playa de la Zurriola. Esta playa es bastante más juvenil que la de la Concha y está repleta de gente joven haciendo surf. La verdad es que el ambiente era bastante bueno y se veía mucha gente joven. Si quieres pegarte un baño en Donosti y quieres más ambiente te recomiendo venir a esta playa en vez de a la de la Concha.
En fin, que después de mi primera experiencia en Donosti creo que volveré en otra ocasión y a poder ser algún día más que un simple fin de semana ya que no nos dio tiempo a hacer muchas cosas y creo que esta ciudad bien merece la pena una visita más larga.